Lo que no puedas hacer hoy…déjalo para mañana

¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Hoy os traigo un post muy especial que tenía muchas ganas de escribir, sobre algo que me preguntáis muchos de vosotros. En las próximas líneas os explico cómo me organizo para llegar a tener al día el blog, mi trabajo como profesora de secundaria, mi casa, mi bebé… Veréis que conforme van pasando los años he asumido que puedo hacer todo lo que me proponga, pero siempre marcando objetivos pequeños a corto plazo y sabiendo que el tiempo no se me acaba. Después de un día viene otro, y otro. Y no merece la pena agobiarse por querer sacar al día más de lo que se puede.

Es constante la pregunta del cómo llegas a tanto. Cómo lo haces. De dónde saco el tiempo. Etc, etc, etc. Y la respuesta es muy fácil: todo es cuestión de organizarse. El día tiene 24 horas para todo el mundo. Nadie puede estirarlo más. Pero sí que se puede perder el tiempo, y el tiempo es oro, lo más valioso que tenemos y que no se puede recuperar. Así que ¡hay que aprovecharlo!

Conforme va avanzando este embarazo es cierto que mi cuerpo me pide que pare. Que relaje el ritmo. Y ya necesito dormir un rato después de comer, porque si no llego a la noche demasiado agotada y esto puede suponer ponerme mala o, lo que es peor, que afecte a mi bebé, y esto es algo que no quiero. Por lo tanto, es cierto que cada día, cada semana, llego a menos cosas. Pero no me importa, mi lema está siendo: lo que no pueda hacer hoy, ya lo haré mañana. A día de hoy no tengo ninguna exigencia en ningún ámbito de mi vida. Y todo lo que me pueda suponer un extres prefiero suprimirlo. Es cierto que con trabajo, esfuerzo y constancia todo va saliendo. Es solo cuestión de organizarse.

Mis días comienzan hacia las siete de la mañana. Ya contaré en otro post cómo es mi rutina de mañana, que sé que la tengo pendiente. Llego siempre pronto al trabajo, porque así sé que puedo sacar media hora de trabajo, o veinte minutos, que me ayudarán a centrar el día. Cojo la agenda y apunto lo que tengo que hacer. Es posible que ya tenga tareas pendientes apuntadas en el día anterior, por lo que tan solo reflejo los asuntos nuevos. Tengo una agenda para mi trabajo del instituto y otra para mi trabajo de mi página. Y con ambas hago el mismo procedimiento.

A partir de aquí establezco prioridades. Pongo en orden de preferencia lo que quiero hacer durante la mañana. Cuento con el tiempo de clases teóricas con los alumnos, clases de trabajo personal de ellos, horas libres a lo largo de la jornada, etc. Y aprovecho todo lo que puedo. Sé que los lunes cuento con un par de huecos y es ahí donde suelo escribir los post para el blog. Siempre y cuando el trabajo me lo permita.

Durante la mañana me es prioritario preparar actividades con los alumnos, preparar exámenes y corregir. Y esto último siempre será lo que ocupe el primer lugar de la lista. En tiempo de exámenes lo que hago en todo el tiempo libre que tenga será corregir. Una vez que he terminado con eso me dedico a otra cosa. Y la corrección de exámenes puede durarme varios días, ya que suelo programar los exámenes el mismo día con todos los grupos.

Cuando todo mi trabajo está cubierto, como he dicho, escribo para el blog. Los lunes y los viernes son lo días que más me puedo ocupar de ello. Escribo en Word que me paso por email. En casa saco las fotos, que suelo hacerlo los fines de semana. Por ello, es importante tener planeados los post que sacaré con dos semanas vistas. Así, preparo los “bodegones de fotos” el fin de semana anterior a escribirlo (dos antes de publicarlo) y dejo eso hecho que es lo que más me ocupa. Y meto las fotos en el ordenador. Escribir los post apenas me cuesta nada de trabajo, ya tengo pensado previamente lo que quiero contar y ponerlo por escrito no me lleva más de veinte minutos o media hora. Es cierto que tengo mucha facilidad para expresarme por escrito. Y eso me ayuda bastante.

Y ya solo me queda subir todo el contenido al blog. ¡y esto sí que me lleva tiempo! Tengo que copiar el texto, subir las fotos a la página, adjuntarlas donde deseo, ampliarlas, comprobar doscientas mil veces que todo ha quedado bien en “vista previa”, etc.

Y este último paso lo hago cuando puedo: en las siestas cuando Chencho duerme o por la noche cuando consigo dormirlo también. Y procuro que no me pille el toro y hacerlo varios días antes de la fecha prevista de publicación, pero a veces NO ME DA LA VIDA. Así que me alejo de agobios y estrés y, como he dicho al principio, lo que no puedo hacer hoy, lo dejo para mañana. Y este podría ser el nuevo lema de amacrema. Y si no me ha dado tiempo a preparar el post y dejarlo preparado el día de antes, lo hago a lo largo del día siguiente. Y si no puede salir en su fecha prevista, ya saldrá al día siguiente. Por eso, a veces veis que no publico post un lunes o durante toda una semana.

Os dejo el link de un post muy divertido que escribí para contaros trucos para ahorrar tiempo, que también puede ayudar a organizaros mejor: Mis «ahorra tiempos».

Y hasta aquí el post de hoy. Espero que os ayude mi forma de organizarme en vuestro propio trabajo. Recordad que siempre hay tiempo para todo: es cuestión de tener una buena agenda y marcarse objetivos a corto plazo que sepamos que vamos a cumplir.

¡Feliz día! Nos leemos en el próximo post.

Amacrema.

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