Viaje a Lisboa (III): cómo organizar el viaje en avión con un bebé

CÓMO ORGANIZAMOS EL VIAJE EN AVIÓN CON UN BEBÉ

¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? El post de hoy coincide con el día de San Valentín, así que no me queda más que felicitaros el día de los enamorados. De todos modos, hoy no voy a hablaros de nada relacionado con el amor, el lunes publiqué un post con ideas sobre planes en pareja y regalos para sorprender. Os lo dejo linkeado aquí. En el post de hoy, el último de la trilogía sobre nuestro viaje a Lisboa, quería contaos cómo se viaja en avión con un bebé. Además, os voy a recomendar algún lugar para comprar latas de conservas, un típico de la ciudad portuguesa y que están deliciosas.

En primer lugar, quiero quitar miedos a la hora de pensar de subir con el bebé al avión. ¡Es una experiencia única para él! Nosotros decidimos hacer un trayecto corto para ver qué tal nos salía la jugada, antes de animarnos con un trayecto más largo, pero estoy segura de que más horas de avión también irían geniales.

Antes de nada, la preparación. Y esto es importante. A la hora de embarcar somos preferente, por un con niños y más con un carrito. Así que saber que nos van a dejar entrar por el control de seguridad todo aquello que necesitemos para alimentar a nuestro bebé: agua, zumo, yogures. Eso sí, debemos sacarlo sobre una bandeja para que lo pasen por la cinta, no dentro de ninguna bolsa. Así que tranquilos con este tema.

Al llegar al control, donde hay mucha menos gente que en el ordinario y donde no tenemos ninguna prisa para organizarnos (tengamos en cuenta que no hay más que niños y ya sabemos que esto ralentiza bastante el asunto), tenemos que sacar al bebé del carrito, dejar en las bandejas todo lo mencionado anteriormente, además de los efectos personales de los papás (tablets, ordenador, móviles, cinturones, relojes, abrigos, bolsos maleta, etc) y pasar por el arco. Yo pasé a Bebé Chencho en brazos sin ningún problema. Y no pitamos, por lo que no sé si también mirarían al bebé en el caso de pitar el arco.

Recomiendo, además, llevar un carrito que se pliegue en un solo bulto. Te deja llevarlo hasta la misma puerta del avión. Allí, lo dejas y te lo bajan a la cabina. Cuando salimos, la sillita vuelve a estar en la puerta para que podamos colocar de nuevo al bebé nada más salir del avión. Es una gozada.

Una vez pasado el control, ya podemos ver aviones, comer algo, pasarnos por el duty free, etc. Y buscar nuestra puerta de embarque. Suelen ponerla en los paneles informativos, y hay que estar pendiente por si la cambiaran en algún momento.

¡Y ahora llega un nuevo privilegio al viajar con un bebé! (Y con niños en general, supongo que hasta los doce años). Somos prioridad y pasamos los primeros al avión, así que no hace falta hacer cola en la puerta de embarque.

Dentro del avión te dan un cinturón que empalmas a tu cinturón de seguridad para que el bebé quede atado a ti y una bolsa con todo el arsenal de emergencia para el bebé (panel informativo, chaleco salvavidas y mascarilla de oxígeno). Además, te advierten de que, en el caso de tener que usar la mascarilla, se la pongan mamá y papá primero antes de ponérsela al bebé.

Para el momento del despegue y aterrizaje, debemos darle al bebé el biberón, el pecho o ponerle el chupete para evitar que le piten los oídos por la presión y que comencemos el vuelo con un berrinche y todo lo que ello supone. Truquito de mamás viajeras.

Durante el vuelo, si el bebé ya anda estaría bien dar pequeños paseos por el pasillo, entretenerlo con la comida si ha coincidido con alguna toma, o tenerle preparado juguetes. Otra opción, que fue lo que nos ocurrió con Bebé Chencho es que el vuelo coincidiera con su hora de la siesta matinal, por lo que fue el vuelo prácticamente dormido. Así que en ningún momento me sentí agobiada porque mi niño pudiera molestar a otros viajeros. De todos modos, os digo que las altas presiones y el ruido del avión suelen paliar bastante los ruidos que puede producir la gente y el llanto del bebé se escucha como de lejos. ¡Tened a mano lo que más le guste para entretenerlo y listo!

 

Me queda comentaos el tema de los papeles que necesitáis para viajar en avión. Lo primero y principal es hacerle el DNI. Si no vais a salir de Europa no es necesario el pasaporte. Además, caduca enseguida y no es barato, así que tal vez no merezca la pena ni hacérselo. Sí tener en cuenta, que si queréis sacar el pasaporte tanto mamá como papá tienen que ir a hacérselo, por cuestiones de secuestro parentales de niños. Para el DNI no hace falta, pero nunca está de más que vayáis los dos para hacerle su primer documento de identidad.

Los niños (no recuerdo hasta qué edad) no pagan billete de avión, tan solo las tasas. Así que aprovechad que son pequeños para que el vuelo os salga más económico. A la hora de coger los billetes, tenéis que poner que es un menor de 0 años (como fue en mi caso), creo que indicáis meses en algún momento y listo. Saldrá también su billete, aunque sin asiento.

¡Creo que ya estamos todos preparados para viajar con nuestros bebés a todo el mundo!

Y por último quería dejaros con algunas imágenes de una de las tiendas más bonitas donde podéis comprar latas de conservas. ¡No dejéis de llevarlas si viajáis a Lisboa! Y quería haceros una recomendación sobre este tema: no compréis en las tiendas de la zona centro y zona comercial porque son muy caras. Callejear por el corazón de la ciudad, allí donde no hay turistas, porque hay muchas más tiendas de estas y son mucho más económicas.

Espero que os haya gustado el post de hoy y que os sirva todos estos puntos para preparar un viaje. Si queréis preguntarme cualquier cosa podéis hacerlo en comentarios, a través de mi email o por Instagram (@amacrema_)

Nos leemos en el próximo post. Un fuerte abrazo.

amacrema

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