Pastel de zanahoria

¡Hola a todos! ¿Qué tal va este final de agosto? Para endulzarlo todo lo que podamos hoy os dejo en este post la receta del Pastel de zanahoria o, lo que es lo mismo, el famoso carrot cake americano. Suelo hacer este postre cuando tenemos fiesta en casa y cuando vamos de cena o merienda a algún sitio y tengo que de decir a mi favor que ¡siempre triunfa! Esta tarta es éxito seguro. Mucha gente me ha pedido la receta y hoy os la publico a todos vosotros. ¡Animaos a hacerla! Advierto que mi forma de cocinar es rápida y fácil. No tengo medidores, ni Thermomix, ni nada por el estilo. Para hacer esta tarta utilizo la medida de una taza de café. En el piso de Madrid tengo una taza y en el del pueblo otra diferente y decir que sale exactamente igual. Así que haceos con una taza del café (el tamaño dará para un taza no muy grande) y ¡vamos allá!

¿Qué necesitamos?

Todos estos son los ingredientes.

Para el bizcocho: dos tazas de harina integral (se puede hacer con harina normal), dos tazas de azúcar moreno (también se puede hacer con azúcar blanca), una cucharada y media de levadura, una cucharada de canela (las cucharas de tamaño postre), una pizca de sal, cuatro huevos, un buen chorreón de aceite de oliva y tres o cuatro zanahorias.

Para el frosting: Una tarrina de queso tipo philadelphia, azúcar glass y aroma de vainilla.

Para decorar: yo he utilizado nueces, pero puede decorarse el pastel con gominolas, lacasitos, o lo que se os ocurra.

¿Cómo se prepara el pastel?

Es una tarta muy fácil de hacer y muy rápida. Mientras preparamos la mezcla, vamos a precalentar el horno a 180 grados. Cogemos un recipiente grande y una paleta de madera. No necesitamos batidora ni varillas porque hay que mezclar los ingredientes, no batirlos.

Primero agregamos los ingredientes secos: la harina, el azúcar, la levadura, la sal y la canela. Los mezclamos bien y, a continuación, añadimos los ingredientes líquidos: los huevos y el aceite de oliva. Lo mezclamos todo bien. Como ya he dicho, no hay que batir los huevos, con la paleta de madera removemos bien la mezcla para que se integren bien los ingredientes. Al final, pelamos las zanahorias y las rallamos. Después, las incorporamos a la mezcla. Bebé Chencho empezaba a ponerse nervioso en este punto y, como veis, tuve que rallar las zanahorias directamente en el bol que estaba usando para la mezcla de ingredientes. Mezclamos bien y lo dejamos reposar un ratito.

Mientras tanto, cogemos el molde o el recipiente que vayamos a usar para meter el bizcocho al horno. Yo he usado este de Ikea que me encanta. Le untamos un poco de mantequilla para que no se nos pegue y luego salga el pastel con mucha facilidad. Y vertemos la mezcla. Como el horno ya estará precalentado, metemos el bizcocho o pastel y lo dejamos hornear entre treinte y cuarenta minutos. Yo tengo el tiempo cogido tanto en mi horno de Madrid como en el del Pueblo, así que a partir de la media hora pinchar en el centro para que no se seque demasiado. Es un bizcocho jugoso y debe quedarse un poco húmedo por su interior.

¿Cómo preparamos el frosting?

Mientras se hornea nuestro pastel, podemos ir preparando el frosting. Es importante que hayamos dejado la tarrina de queso a temperatura ambiente para poder trabajarla mejor. La echamos en un recipiente alto o muy amplio para poder remover y remover. Es cierto que con media tarrina es más que suficiente para tapar esta tarta, que como ya he dicho no es muy grande, pero la salsa de queso dulce tiene tanto éxito que tengo que hacer la tarrina entera, lo que supone una buena base de queso sobre el pastel.

Añadimos un chorrito de aroma de vainilla, no demasiado porque oscurece el frosting, con un poquito es suficiente para darle aroma, y azúcar glass. Y esto último ya va al gusto. Para los más golosos, echamos más cantidad, yo procuro echar la justa para que no quede demasiado dulce. Se va añadiendo azúcar y probando. Y esto no tiene otro truco que mover y mover durante un buen rato. Es muy tedioso este paso porque cuesta un poco trabajar la crema de queso, pero cuanto más la movamos más cremoso nos quedará.

Teminar el pastel de zanahoria

Cuando el bizcocho esté terminado, lo sacamos y lo dejamos un poquito enfriar. Lo colocamos en la bandeja donde lo vayamos a presentar. Yo he utilizado esta tartera también de Ikea porque queda muy bonita la presentación de cualquier tarta. Y desde este lugar la cubrimos con el frosting. La tarta no me queda muy gordita porque el molde es muy grande, pero si os atrevéis podéis cortar el pastel con cuidado por la mitad y rellenarlo también de crema de queso. Yo simplemente lo he cubierto por la parte de arriba con una buena capa y, para terminar, lo he decorado con nueces.

 

En casa ha durado así como doce horas. Algo que he repartido y el Maridín que se ha puesto morao´… no han quedado ni las miguitas. Ha venido con cara de satisfecho, mientras intentaba dormir a Bebé Chencho a la siesta, y me ha dicho que delicioso, que prepare otro. Y yo le he mirado con cara de ¿tú crees que me da la vida para otro Carrot Cake? Menos mal que aún nos quedan las fotos para el recuerdo. ¡Hasta el próximo pastel de zanahoria!

Ya me contaréis qué os parece, pero animáos a hacerlo porque es un triunfo seguro. Espero que os haya gustado este post tan dulce. Si es así, hacérmelo saber en comentarios o por las Redes (@amacrema_). Nos leemos en el próximo post. besitos. amacrema

One Comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RECIBE TODAS MIS NOVEDADES

Suscríbete a mi newsletter para estar al tanto de todas las novedades de mi web