Inculcar hábitos de lectura en los más pequeños

¡Hola a todos! ¿Cómo estáis? En el post de hoy os voy a dar unas reglas báscias para conseguir inculcar hábitos de lectura en niños. ¿Cómo hacer que mi hijo/hija sea un buen lector? ¡Vamos a ello!

 

El tema de la lectura en los niños es bastante recurrente. He hablado de ello en numerosas ocasiones, pero me siguen pidendo consejo sobre ello. Además, antes siempre hablaba tan solo con la teoría por delante y, ahora que soy mamá, puedo hablar también desde la práctica.

 

Lo primero que debemos saber es la importancia de la lectura. Leer alimenta nuestra imaginación, es el alimento de nuestro cerebro. Nos lo mantiene vivo y estimulado. Una vida lectora, sin duda, será una vida de juventud eterna para nuestro cerebro. Leer nos ayuda a vivir otras vidas, por lo que seremos más tolerantes, mas inteligentes, más sabedores de muchas cosas. Viajaremos sin salir de casa. Degustaremos platos inimaginables. Conoceremos a miles de amigos. Es el mejor entretenimiento que existe.

 

¿Problemas con los que nos enfrentamos hoy en día? Que tenemos a nuestra disposición muchas otras vías de entretenimiento que podrían ser más atractivas, sobre todo para los niños: las nuevas tecnologías.

 

El otro día en la peluquería había una niña esperando su turno mientras se le secaba el pelo bajo el secador. La niña le pidió a su madre el móvil y ella le dijo que no, porque apenas tenía batería. La niña se enfureció bastante como era de esperar porque se aburría. La madre le dijo que se hubiera traído un libro. Y ella contestó :¡sí hombre! ¡Un libro! Ahora me voy a poner a leer…

Los niños relacionan leer con algo obligatorio del colegio, como algo que le supone un esfuerzo y algo aburrido. Y no como un entretenimiento, como sí ven el móvil o la Tablet.

Hay niños que no tienen el primer contacto con un libro hasta que no llegan al colegio, y claro, es inevitable que lo relacionen con el trabajo, el estudio, la disciplina…

Los libros deben ser vistos como un juego más, otra forma de entretenerse que tengan a su alcance desde que nacen. En casa los libros son mayoritarios al resto de juguetes. Mi hijo de veinte meses muchas veces coge sus libros y los hojea. Mira los animales, canta las canciones que relaciona con cada uno de ellos, toca las texturas, escucha las canciones…

 

Mi marido se reía la otra noche cuando lo castigué a ver la tele, como a Matilda. Jamás, jamás, jamás, debemos castigar a un niño a leer. La lectura debe ser un premio. Pensad que leer es un privilegio. ¿Cuántos niños en el mundo no tienen acceso a un libro? ¿O ni tan siquiera saben leer?

 

Otro aspecto fundamental para que un niño lea es que vea leer a sus padres en casa. ¿Cómo vas a decirle a tu hijo/ hija que lea si nunca te ha visto a ti con un libro en las manos? La lectura debe vivirse en casa como la cena o el baño. Algo normal, habitual, que tiene su momento a lo largo del día.

 

Y aquí va un truco fascinante para crear ese hábito de lectura: buscar un momento destinado a ello. Lo más típico es la lectura de un cuento en la cama antes de dormir, pero podemos encontrar mil momentos más. Antes de cenar, con el pijama, momento de lectura en el salón. Mamá y papá (o uno de ellos) leyendo su libro. Un ratito, diez minutos, y el niño también cogerá su libro. 

 

Si tú lees, ellos leen. Es momento de lectura. Reina el silencio. No hay tele ni ruidos. Nadie habla. Tan solo oímos las palabras fluir por nuestro cerebro. ¿Otro momento? Después de comer. Un rato de lectura mientras nos quedamos dormidos un ratito de siesta. La lectura relaja, incita le sueño. Podemos leerles nosotros un cuento o, pueden leer ellos solos mientras ven que nosotros leemos. Los fines de semana, que tenemos más tiempo, también son idóneos para encontrar momentos para la lectura.

 

Es importante introducir la compra de libros en fechas claves o especiales. Por ejemplo, regalar siempre un libro por el Santo, o por sacar buenas notas. También se puede aprovechar el día del libro para comprar un nuevo libro en la librería. O el regalo del ratoncito Pérez. Que vuele vuestra imaginación. Así ellos recibirán el libro con ilusión. ¡Como un premio!

 

Por otra parte, la clave está en encontrar el libro, o la colección de libros, que le vaya a gustar al niño. Nunca se debe obligar a leer un libro que no le guste. ¿Qué más da el libro si lo que queremos es que lean? Cuando se tenga el hábito arraigado ya se leerán otros libros. Libros que además tienen una edad y tienen un momento.

 

Es una barbaridad pedirle a un niño de trece años que se lea El lazarillo de Tormes en versión original, ni El Quijote a los diecisiete. Sí puede ser que le gusten las versiones adaptadas para niños. Que si les gustan, adelante. Pero es importante que se sientan libres para leer.

 

Me veo muchas veces en la lucha en los Departamentos de Lengua por esta tesitura. Es cierto que se debe cumplir un programa, pero yo abogo por tratar estos libros en clase, como material de estudio y trabajo, y que para leer sean ellos mismos los que decidan el libro.

 

¡Claro que querrán leer la última moda en libros de adolescentes que será una birria literaria! ¿Pero qué pasa? Leí yo en mi etapa universitaria los cuatro libros de Crepúsculo en una sentada en vez de las grandes novelas de la literatura española que me estaban mandando los profesores. ¿Y qué? Al final leí El Quijote, cuando estuve preparada. Y lo gocé. Y me encantó. Cada libro tiene su momento y su edad.

 

Los libros tienen que encontrarnos a nosotros. Y no nosotros tenemos que buscar un libro.

 

Y, para ir acabando, este truco es para todos los lectores. Hay cientos de libros por ahí esperándonos. Así que no perdáis el tiempo con uno que no os guste. Poneos siempre una página de tope, y a los niños decírselo así también, si llegados a esa página el libro no os ha enganchado, sigue buscando

 

¿En la página 50 no te ha enganchado? Cierra el libro y sigue buscando. Ese libro no es para ti.

 

Cuando el hábito esté construido, ya no hay vuelta de hoja. Necesitarán leer un rato al día el resto de su vida. Sin que nadie se lo pida, sin que nadie le obligue. Leer por placer. Leer por leer. Leer porque me da vida.

 

Si os ha gustado leer este post, compartirme. Seguirme si aún no lo habéis hecho. Porque habrá más post como este.

 

Estoy tanteando el mejor momento para publicar y el mejor día. También es cierto que mi ajetreada vida familiar me limitan mucho el tiempo que le dedico al blog y a las redes, aunque no quiero perderme de aquí porque me encanta escribir y necesito hacerlo. Así que al final publico cuando puedo. Pero me gustaría saber vuestra opinión sobre cuándo os gusta más ver mis post nuevos publicados. ¡Contadme!

 

Y decidme también qué os ha parecido el post. ¿Practicais estos hábitos de lectura con vuestros hijos? ¿Tenéis hijos lectores?

 

Pasad un feliz día y una feliz semana. Nos seguimos leyendo.

 

FELIZ NOVIEMBRE.

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