Lo que escriben los adolescentes

Ayer escuché con admiración el discurso que la Princesa de Asturias, Leonor, dio en los premios que llevan su nombre. Era evidente que aún se le notaba la juventud en su dicción y también que le habrían ayudado a elaborar ese discurso, pero irremediablemente me llevó a pensar en mis alumnos. Suelo pedirles que escriban. Pero siempre me salen con resoplidos y un largo rato mirando la hoja de cuadritos en blanco. Se ríen, como si su ignorancia tuviera alguna gracia. No son capaces de escribir más de tres líneas. Quizá alguno escriba con mucho esfuerzo la carilla de una hoja, alguna excepción la hoja por ambas caras. No se les ocurre qué escribir y, si alguno sí que tiene opinión sobre el tema, es incapaz de expresarse de manera oral, y ya ni hablar de hacerlo por escrito. Y lamento decir que lo peor no es que no sean capaces de escribir más de tres líneas, sino cómo escriben esas líneas. Es más la reproducción de su propio pensamiento, palabras que van brotando de sus mentes en plena ebullición revolucionaria. Un sinsentido de frases inconexas, sin coordinación entre el verbo y los sustantivos que lo preceden, ni entre sustantivos y adjetivos. Y las faltas de ortografía parece que es un tema que no preocupa para nada. Como si estuviéramos en un momento de cambio ortográfico y fueran a desaparecer las tildes. No escriben ninguna, ¿para qué? ¿Acaso no es indiferente? Dudan de entre todos los grupos de consonantes: g/j; b/v; H… No me queda duda que todo esto es el resultado de la era digital que tanto ha sido admirada. El uso (y abuso) del móvil nos está dejando anulados por completo. Parece que alguien quiere que volvamos como sociedad a la Edad Media donde la clase baja (la gran mayoría de la sociedad) era analfabeta y vivía muy feliz en su ignorancia. Nos hemos acostumbrado a escribir eso, tres líneas, en alguna red social. Y hacerlo o bien con la ayuda del corrector o sin ni siquiera preocuparnos por si lo que escribimos es correcto o no: la corrección gramatical y ortográfica del castellano parece que ha entrado a estar en peligro de extinción. Temo que no hay ya marcha atrás. Si no conseguimos que los adolescentes lean con frecuencia y escriban a diario los estamos condenando a la ignorancia en la edad adulta. Y quizá sea eso lo que estén buscando quienes nos gobiernan: una sociedad que no razone, que no tenga criterio, que sea incapaz de expresar con palabras lo que piensa. Sus ideas se reducen a la pantalla del móvil, que ya forma parte de su cuerpo, como si se tratara de un órgano más. Lucho contra eso cada día en las aulas de secundaria, sin embargo soy más consciente de que me golpeo contra un muro. Me dicen que no les gusta leer, como si el hecho de Leer tuviera que hacerse por gusto y no por necesidad: igual que hacemos algún deporte, comemos sano o nos lavamos los dientes antes de ir a dormir. Leer debe ser un acto rutinario porque forme parte también de nuestra salud: la salud de nuestro cerebro. Y que los padres hayan sido capaces de crear hábitos de lectura desde la infancia. Leer supone un esfuerzo, por eso dicen que no les gusta, y puede que sea así. No nos gusta lo que supone un esfuerzo, pero la historia que leemos sí produce placer y satisfacción. Y cuando nos decidimos a ello, sucumbimos a la pereza, nos lanzamos al hecho de leer y vamos pasando las páginas, nuestro cerebro nos lleva al mundo de la historia y nos resulta muy difícil salir de ahí. Antes no nos apetecía sentarnos a leer, ahora lo que no nos apetece es dejar de hacerlo. África Crespo

leer más »

Conoce mi canal de youtube

Descubrir el canal de youtube de amacrema es descubrir un mundo de experiencias, sentimientos y momentos para disfrutar del día a día.

Conoce como administro mis rutinas, que hago en mis ratos de descanso y como disfruto de los pequeños instantes que nos brinda cada momento.

Hogar y organización doméstica: como mejorar tu día a día

RECIBE TODAS MIS NOVEDADES

Suscríbete a mi newsletter para estar al tanto de todas las novedades de mi web